Read El loro de Flaubert Online

Authors: Julian Barnes

Tags: #Humor, Referencia, Relato

El loro de Flaubert (26 page)

BOOK: El loro de Flaubert
8.05Mb size Format: txt, pdf, ePub
ads

Ellen. Mi esposa: una persona a la que tengo la sensación entender mucho peor que a un escritor extranjero que lleva cien años muerto. ¿Es una aberración, o resulta normal? Los libros dicen: ella hizo esto porque. La vida dice: ella hizo esto. En los libros las cosas quedan explicadas; en la vida, no. No me extraña que la gente prefiera los libros. Los libros le dan sentido a la vida. El único problema radica en que las vidas a las que dan sentido son las de otros, jamás a la del lector.

Quizá sea demasiado acomodaticio. Mi situación también es estable de momento, pero desesperada. Quizá sea sólo cuestión de temperamento. Hay que acordarse de la fallida visita al burdel de
L'Education sentimentale
, y no olvidarse de su lección. No hay que participar: la felicidad está en la imaginación, no en el acto. El placer se encuentra primero en la ilusión, y luego en el recuerdo. Así es el temperamento flaubertiano. Compárese con el caso, y con el temperamento, de Daudet. Su visita de colegial a un burdel fue tan nulamente complicada y tan triunfal que se quedó allí dos o tres días. Por temor a las redadas de la policía, las chicas le tuvieron escondido casi todo el tiempo; le dieron de comer lentejas y le consintieron todos sus caprichos. Posteriormente reconoció que al salir de esta embriagadora ordalía le quedó, como una marca para toda la vida, una tremenda pasión por la piel de las mujeres, y una antipatía igualmente duradera por las lentejas.

Hay quienes se abstienen y observan, pues le tienen tanto miedo a la decepción como a la satisfacción. Otros se lanzan, disfrutan, se arriesgan a conciencia; si las cosas salen mal, como máximo contraen alguna enfermedad terrible; pero si salen bien, pueden escapar de ahí sin más problema que una duradera aversión a las legumbres. Sé muy bien a cuál de las dos categorías pertenezco; y sé en cuál estaba Ellen.

Máximas para la vida.
Les unions complètes sont rares
. No se puede cambiar a la humanidad, sólo conocerla. La felicidad es una capa roja cuyo forro cuelga a jirones. Los amantes son como hermanos siameses: dos cuerpos con una sola alma; pero si uno de ellos muere antes que el otro, el superviviente tiene que andar arrastrando un cadáver. El orgullo hace que anhelemos encontrar soluciones: soluciones, objetivos, causas finales; pero cuanto más se perfeccionan los telescopios, más estrellas aparecen. No se puede cambiar a la humanidad, sólo conocerla.
Les unions complètes sont rares
.

Una máxima sobre las máximas. Se pueden enmarcar las verdades acerca de la literatura antes de haber publicado un solo libro; pero las verdades sobre la vida sólo pueden enmarcarse cuando ya es demasiado tarde y todo da igual.

Según
Salammbô
, los jinetes de los elefantes cartagineses llevaban, entre otras cosas, un mazo y un cincel. Si, en mitad de una batalla, el animal se desbocaba, su jinete tenía órdenes de partirle el cráneo. Seguramente, las probabilidades de que se produjese esta circunstancia eran muy elevadas: a fin de conseguir que fueran más feroces, intoxicaban a los elefantes, antes del comienzo de la batalla, con una mezcla de vino, incienso y pimienta, y después les aguijoneaban con las lanzas.

Somos muy pocos los seres humanos que tenemos el valor de emplear el mazo y el cincel. Ellen lo tuvo. A veces, cuando veo que la gente simpatiza con mi situación, me siento turbado. «Ella se lo pasó peor incluso» me gustaría decirles; pero no lo hago. Y luego cuando ya se han mostrado amables conmigo, cuando ya me han prometido llevarme de excursión, como si fuese un niño, cuando ya han intentado forzarme a hablar por mi propio bien (¿por qué creen que yo no sé en qué consiste mi propio bien?), por fin me permiten que me siente un rato a soñar con ella. Imagino la granizada de 1853, los cristales rotos, las cosechas malogradas, las espalderas destrozadas, las campanas de cristal partidas. ¿Hay alguna cosa más estúpida que una campana de cristal? Aplaudo el granizo que rompe el cristal. La gente obra precipitadamente cuando cree que ha comprendido cuál es la función del sol. La función del sol no consiste en ayudar a que crezcan las coles.

14

EXAMEN

Los alumnos deben contestar cuatro preguntas: las dos partes de la Primera Sección, y dos de las preguntas de la Segunda Sección. La puntuación sólo valorará la corrección de las respuestas; no se valorará, en cambio, la caligrafía ni la presentación. Se descontarán puntos por las respuestas que el tribunal considere chistosas o astutamente breves. Duración del examen
: tres horas.

PRIMERA SECCION:
CRITICA LITERARIA

Primera parte

Los tribunales han podido comprobar durante los últimos años que a los alumnos les cuesta cada vez más establecer una distinción clara entre Vida y Arte. Todo el mundo dice comprender la diferencia que separa estas dos cosas, pero su percepción es muy variable. Para algunos, la Vida es rica y cremosa, está hecha siguiendo una antigua receta campesina y utilizando solamente ingredientes naturales, mientras que el Arte es una pálida fabricación industrial que está constituida en lo esencial de colorantes y sabores artificiales. Para otros, el Arte es lo más auténtico, pleno, bullicioso y satisfactorio desde el punto de vista de las emociones, mientras que la Vida es peor que la novela más mala: no tiene sentido de lo narrativo, está poblada de gente aburrida y de canallas, carece de ingenio, está sobrada de incidentes desagradables, y conduce a un desenlace dolorosamente previsible. Los partidarios de esta última opinión acostumbran a citar la frase del norteamericano Legan Pearsall Smith: «Dice la gente que no hay nada como la vida; yo, en cambio, prefiero la lectura.» Se aconseja no citar esta frase en la respuesta.

Analice las relaciones entre Arte y Vida sugeridas por
dos
cualesquiera de las siguientes afirmaciones y situaciones:

a) «Anteayer, en un rincón encantador del bosque de Touques que se encuentra cerca de una fuente, me encontré unas cuantas colillas de cigarro y restos de pâté. ¡Habían estado de merienda! ¡Y hace exactamente once años describí esa misma escena en
Novembre
! Entonces fue una cosa puramente imaginaria, pero el otro día fue experimentada. Todo lo que inventamos es cierto: puedes estar segura. La poesía es tan precisa como la geometría… Mi pobre Bovary está sin duda sufriendo y llorando ahora mismo en veinte pueblos de Francia.»

Carta a Louise Colet, 14 de agosto de 1853

b) En París, Flaunert utilizó un coche con las cortinillas echadas para evitar que Louise Colet le detectara y, presumiblemente, le sedujera. En Rouen, Léon utiliza un coche con las cortinillas echadas para seducir a Emma Bovary. En Hamburgo, antes de que se cumpliese un año desde la fecha de publicación de
Madame Bovary
, había coches de alquiler que todo el mundo podía contratar con fines sexuales. Los llamaban Bovarys.

c) (Cuando su hermana Caroline estaba muriéndose): «Tengo los ojos tan secos como el mármol. Es extraño que, así como me siento expansivo, fluido, abundante y desbordante en los sufrimientos ficticios, mi corazón permanece acre y duro en los reales; estos últimos se van cristalizando en él a medida que van llegando.»

Carta a Maxime du Camp, 15 de marzo de 1846

d) «Dices que amé de verdad a esa mujer [Mme. Schlesinger]. Pues no fue así. Sólo cuando le escribía cartas, gracias a la facultad que tengo de dejarme emocionar por la pluma, me tomaba en serio el asunto, pero
sólo cuando escribía
. Hay muchas cosas que me dejan frío cuando las veo o cuando otros me hablan de ellas, pero que me entusiasman, me irritan y me hieren si hablo o, sobre todo, si escribo acerca de ellas. Es una de las consecuencias de mi naturaleza de saltimbanqui.»

Carta a Louise Colet, 8 de octubre de 1846

e) Giuseppe Marco Fieschi (1790–1.836) alcanzó cierta notoriedad gracias a su participación en un complot contra la vida de Louis Philippe. Se alojó en el Boulevard du Temple y, con la ayuda de dos miembros de la Société des Droits de l'Homme, construyó una «máquina infernal» formada por veinte cañones de fusil que debían dispararse simultáneamente. El 28 de julio de 1936, cuando Louis Philippe pasaba delante de la máquina acompañado de sus hijos y numerosos cortesanos, Fieschi disparó su andanada contra la sociedad establecida.

Algunos años más tarde, Flaubert se mudó a una casa construida en el mismo solar del Boulevard du Temple.

f) «¡Desde luego que sí! Es un período [el reinado de Napoleón III] que proporcionará materia prima para unos cuantos libros capitales. Es posible que, al final, en la armonía universal de todas las cosas, el
coup d'état
y todas sus consecuencias no tengan más sentido que el de proporcionar unas cuantas escenas atractivas a unos cuantos buenos escritores.»

Flaubert, según Du Camp, en sus
Souvenirs littéraires

Segunda parte

Describa la maduración de la actitud de Flaubert en relación con los críticos y la crítica a partir de las citas siguientes:

a) «He aquí unas cuantas cosas verdaderamente estúpidas: 1) la crítica literaria, tanto si es buena como si es mala; 2) la Asociación de la Templanza…»

Cuaderno íntimo

b) «Un gendarme es, por lo demás, una cosa esencialmente ridícula, que soy incapaz de considerar sin ponerme a reír; esta base de la seguridad pública ejerce sobre mí un efecto grotesco e inexplicable, el mismo que los procuradores del rey, los magistrados y los profesores de literatura.»

Por los campos y playas

c) «Se puede calcular lo que vale un hombre por el número de sus enemigos, y la importancia de una obra de arte por los ataques que recibe. Los críticos son como las pulgas, siempre dispuestos a saltar sobre las sábanas limpias y adoran los encajes.»

Carta a Louise Colet, 14 de junio de 1853

d) «La crítica ocupa el escalón más bajo de la jerarquía literaria: como forma, casi siempre; e indiscutiblemente como valor moral. Está por debajo incluso de los pareados y los acrósticos, que como mínimo requieren un poco de imaginación.»

Carta a Louise Colet, 28 de junio de 1853

e) «¡Críticos! ¡Eterna mediocridad que vive a costa del genio, denigrándolo y explotándolo! ¡Raza de abejorros que destrozan las mejores páginas del Arte! Estoy tan harto de la tipografía y de la mala utilización que hace de ella la gente, que si mañana mismo el Emperador decidiese abolir la imprenta, iría hasta París caminando sobre mis rodillas y le besaría el culo en señal de agradecimiento.»

Carta a Louise Colet, 2 de julio de 1853

f) «¡Qué raro es el sentido de lo literario! Cualquiera hubiese dicho que el conocimiento de las lenguas, de la arqueología, de la historia podían ser de alguna utilidad. Pues bien, ¡no lo son, en absoluto! Los que se llaman ilustrados a sí mismos acaban siendo cada vez más ineptos en materia de arte. Se les escapa incluso qué cosa sea el arte. Para ellos, son más importantes las glosas que el texto. Les interesan más las muletas que las piernas.»

Carta a George Sand, 1 de enero de 1869

g) «Cosa rara donde las haya: un crítico que entiende de lo que habla.»

Carta a Eugène Fromentin, 19 de julio de 1876

b) «Como la vieja crítica les repugnaba, quisieron conocer la nueva y pidieron que les enviasen las reseñas de teatro que publicaban los periódicos. ¡Qué aplomo! ¡Qué obstinación! ¡Qué falta de probidad! ¡Ultrajes lanzados contra las obras maestras, reverencias ante las perogrulladas! ¡Qué gansadas por parte de los supuestamente sabios, y qué estupidez por parte de aquellos a los que se proclama ingeniosos!»

Bouvard et Pécuchet

SEGUNDA SECCION

Economía

Flaubert y Bouilhet fueron al mismo colegio; compartieron las mismas ideas y las mismas prostitutas; tuvieron los mismos principios estéticos, y similares ambiciones literarias; los dos trataron de convertir el teatro en su segundo género. Flaubert dijo que Bouilhet era su «testículo izquierdo». En 1854, Bouilhet pasó una noche en el hotel de Mantes, que frecuentaban Gustave y Louise: «He dormino en tu cama —le dijo Bouilhet— y he cagado en tu letrina (¡qué simbolismo tan curioso!).» El poeta siempre tuvo que ganarse la vida trabajando; el novelista nunca tuvo que trabajar. Comente el posible efecto que sobre sus escritos y reputaciones hubiese tenido el hecho de que sus respectivas situaciones económicas se hubiesen intercambiado.

Geografía

«No hay atmósfera más soporífera que la de esta región. Sospecho que contribuyó en buena medida a la lentitud y dificultad del trabajo de Flaubert. El creía que estaba luchando contra las palabras, cuando en realidad luchaba contra el cielo; y es posible que en otro clima, exaltado su espíritu por la sequedad del clima, hubiese sido menos exigente, o hubiese obtenido los mismos resultados sin tanto esfuerzo» (Gide, en Cuverville, Seine-M.aritime, 26 de enero de 1931). Analice esta opinión.

Lógica (y medicina)

a) Achille-C.léophas Flaubert, en el curso de una justa con su hijo, le pidió que le explicara para qué servía la literatura. Gustave, contestando la pregunta con otra pregunta, le dijo a su padre, el cirujano, que le explicara para qué servía el bazo. «Ni tú lo sabes, ni yo tampoco, como no sea que resulta tan indispensable para nuestro organismo corporal como la poesía para nuestro organismo mental.» El doctor Flaubert quedó derrotado.

b) El bazo está formado por unidades de tejido linfoide (o pulpa blanca), más un retículo vascular (pulpa roja). Tiene gran importancia porque retira de la sangre los glóbulos rojos viejos o estropeados. Es generador de anticuerpos: los individuos a los que se les ha quitado el bazo producen menos anticuerpos. Hay pruebas de que existe un tetrapéptido llamado tuftsina que se deriva de las proteínas producidas por el bazo. Con la extirpación del bazo, sobre todo si ocurre durante la infancia, aumentan las posibilidades de que la persona padezca meningitis y septicemia; no obstante, en la actualidad ya no se considera que el bazo sea un órgano esencial. Puede ser extirpado sin que el individuo sufra una pérdida notable de actividad.

¿Qué conclusíones extrae de todo esto?

Biografía (y ética)

Maxime du Camp redactó el siguiente epitafio para Louise Colet: «Aquí yace quien compronetió a Victor Cousin, ridiculzó a Alfred de Musset, injurió a Gustave Flaubert e intentó asesinar a Alphonse Karr.
Requiescat in pace
.» Du Camp publicó este epitafio en sus
Souvenirs littéraires
. ¿Quién queda mejor parado, Maxime du Camp o Louise Colet?

BOOK: El loro de Flaubert
8.05Mb size Format: txt, pdf, ePub
ads

Other books

Murder on the Down Low by Young, Pamela Samuels
Moonsteed by Manda Benson
Putting on the Dog by Cynthia Baxter
Squashed by Joan Bauer
The Cats in the Doll Shop by Yona Zeldis McDonough
Horrid Henry's Underpants by Francesca Simon